Héctor Seco (Barakaldo, 1979) estudió Ingeniería en Automática y entró a trabajar a Inser Robótica, donde conoció al también ingeniero Rafael Luquin. Trabajando en esta empresa de robótica industrial entablaron una buena relación, les gustaba trabajar juntos y tenían muchas ideas para automatizar y robotizar. Esas ganas de desarrollar sus propios proyectos les animaron a lanzarse a emprender y a crear Luse Ingeniería.

¿A qué se dedica Luse Ingeniería?
A hacer robots para farmacias. Inicialmente estábamos abiertos a proyectos de automatización, pero nos centramos finalmente en sacar un producto adaptado al cliente, y en serie, que es nuestro robot. Después, hemos ido haciendo módulos y accesorios para el robot, de software y automatismos.

El robot de farmacia es vuestro producto estrella entonces.
Sí. Es un almacén caótico donde se aprovecha al máximo el espacio. El robot mide cada una de las cajas de medicamentos y las coloca como un tetris. Sustituye las cajoneras normales y otras zonas de almacenamiento. Aprovecha más el espacio del local, recepciona los pedidos de medicamentos y los dispensa directamente cuando el cliente los pide.

¿Cómo se os ocurrió?
La empresa en la que coincidimos hizo un intento de entrar en este sector y conocíamos un poco el producto. Vimos que era una cosa bastante innovadora y que no estaba muy estudiada. Entonces, analizamos la viabilidad técnica de hacerlo desde otro planteamiento. Lo vimos posible técnica y económicamente, y lo hicimos.

¿Qué diferencia a vuestro robot de farmacia de otros?
Sobre todo, la personalización de la solución, adaptado totalmente al local y a lo que quiere el farmacéutico. Diseñamos cada uno individualmente y somos fabricantes, por lo que podemos adaptar cualquier parte del robot, en cuanto a sus componentes físicos y de software. Al ser desarrolladores también, nuestra solución no solo es una herramienta de stock, sino que es de gestión integral de la farmacia, incluyendo gestión de caducidades, rotaciones y también de genéricos, con lo que el rendimiento económico es inmediato, hasta casi podríamos decir que es una herramienta de gestión que incluye un robot. Además, tenemos servicio postventa con un sistema de seguimiento por telemetría, que es único y que informa en tiempo real de lo que está haciendo cada robot. Esto, nos permite solucionar problemas antes de que el farmacéutico los perciba.

¿Hay mucha competencia?
A nivel nacional somos los únicos fabricantes. La competencia son marcas extranjeras representadas por distribuidores nacionales, de los que si hay 2 o 3 marcas con bastante presencia.

¿Cómo está yendo el desarrollo de la empresa y las ventas de vuestro robot?
Seguimos en crecimiento. Empezamos en 2008 y el primer robot lo vendimos en 2011. Antes vendíamos 1 o 2 al año, y hemos ido aumentando ventas, hasta los 30 que vendemos actualmente. Hemos ido poco a poco, porque no conocíamos el sector de la farmacia. Todos los años hemos crecido y este año perseguimos acabar con unos 40, el mayor número que hemos vendido hasta ahora.

Vuestra empresa fue incubada en el BIC. ¿Qué recuerdos tenéis?
El apoyo del BIC fue fundamental. Cuando no sabíamos nada sobre lo que hacer, aquí nos acogieron, nos escucharon, nos entendieron, y nos empezaron a dar facilidades, espacios para estar y contactos con otros organismos para que nos asesoraran. Nos sentimos muy arropados y apoyados desde el principio, y hasta día de hoy, que aún seguimos en contacto.

¿Cuáles son ahora vuestros planes a futuro?
Estamos haciendo un plan de expansión territorial por todo el país, descentralizando la plantilla, que la conformamos 17 personas. Queremos aumentar nuestra presencia en otras zonas. Tenemos técnicos distribuidos por el país para mantener la calidad del servicio técnico y tenemos plan de aumentar las ventas en todas las zonas donde tenemos presencia: Galicia, Madrid, Catalunya y Andalucía.

¿Algún otro proyecto innovador en mente?
Estamos desarrollando un sistema de asistente virtual para farmacias, que utiliza algoritmos de Inteligencia Artificial y análisis de Big Data, y se comunica mediante mensajería instantánea. Proporciona información a los propietarios de cualquier farmacia, no sólo necesariamente a los que tienen robot, y les da a conocer el estado de su negocio, para que puedan tomar decisiones de gestión: facturación, distribución del stock, rotación de los productos, actividad de los empleados, uso de medicamentos genéricos, etc. Es un software que se instala en los ordenadores de la farmacia y se comunica con el propietario a través de Telegram, teniéndole al tanto del negocio.