BIC Bizkaia Ezkerraldea y Birika, startup que fomenta la permacultura y creada a través del programa Yuzz, fruto del acuerdo entre SPRI y el Banco Santander, que se imparte en BIC Bizkaia Ezkerraldea junto a la Universidad de Deusto, han presentado el huerto urbano instalado en la terraza del edificio Ilgner. Esta iniciativa promueve los entornos sostenibles y la reducción del impacto medio ambiental en los núcleos urbanos. De esta manera, BIC Bizkaia Ezkerraldea apuesta por contribuir a la disminución de la huella de carbono que emite desde su centro empresarial.
El papel que juegan los huertos urbanos es clave para combatir los efectos del cambio climático y la contaminación, además de aportar a la sociedad beneficios ambientales, sociales y económicos. Según explica Iñaki Calvo, Director Gerente de BIC Bizkaia Ezkerraldea, «con el cultivo urbano que hemos instalado queremos hacer un guiño al medio ambiente y aportar nuestro granito de arena para construir una sociedad más sostenible. Además, esta iniciativa puede servir como ejemplo de buenas prácticas y para fomentar la instalación de más huertos urbanos en otros lugares tanto de Ezkerraldea y Meatzaldea, como del resto de Bizkaia».
Birika comenzó la instalación del huerto urbano hace aproximadamente un mes, tras el conveniente estudio de seguridad y de las características climáticas de la terraza del edificio Ilgner. Tal y como explica Iñigo Rodilla, socio fundador y promotor de Birika, «para la colocación de un huerto urbano estudiamos sobre todo las horas de luz del lugar, por ejemplo, no es lo mismo estar mirando al norte que al sur. Las necesidades varían mucho. Además, es un proceso relativamente fácil, sobre todo porque la permacultura la controlamos mejor que la agricultura tradicional. Las personas diseñamos el espacio en base a los entornos naturales, solo que podemos decidir dónde colocamos cada planta, el agua necesaria, etc».
Actualmente, el huerto urbano de BIC Bizkaia Ezkerraldea cuenta con una gran diversidad de cultivos de fruta, verdura y hierbas aromáticas, como puerros, cebollas, zanahorias, diferentes tipos de lechuga, acelgas, vainas, maíz, fresas, grosellas, frambuesas, limoneros, mandarinos, uvas blancas y tintas, perejil, hinojo, cilantro, lavanda o romero. Además, pronto crecerán las calabazas y próximamente cultivarán tomates y pimientos locales. En este sentido, Iñigo Rodilla apuesta por la educación y la formación en el cultivo de las frutas y los vegetales, y por ello «ofrecemos todas las herramientas, conceptos y tecnologías necesarias para que los propios dueños de los huertos urbanos puedan cuidarlos ellos mismos». Es más, «animo a instituciones, escuelas, particulares, etc. con terrazas a que prueben con sus cultivos urbanos, es una forma de conocer de primera mano nuestra naturaleza y de aprovechar lugares que podríamos tener olvidados».